Sinopsis final de mi novela en el estado en el que se encuentra.
La novela comienza como el relato que un hombre llamado "Señor Abel" deja no sabemos a quien. El relato comienza con la muerte del señor Abel, anciano, enfermo y solo, en un hospital público. En un momento de su agonía experimenta cierta mejoría que atribuye al suministro masivo de fármacos. La mejoría persiste y se da cuenta de que lo han cambiado de habitación del hospital y a su lado hay una chica muy guapa de aspecto asiático que se presenta como doctora. El señor Abel comienza a sospechar cuando le dicen que el nuevo tratamiento que le han aplicado le permitirá superar una enfermedad que ya le habían dicho que era irreversible.
La doctora le dice entonces que puede pensar que es un sueño, y el señor Abel recuerda algo que leyó en alguna parte de que se especula que en el momento de morir el cerebro puede producir fantasías gratificantes muy complejas en las cuales la sensación del tiempo pueda incluso hacerse de duración indefinida. Decide aprovechar este fenómeno y no preocuparse más en cuanto a la realidad de lo que está viviendo.
Así, se le informa de que el murió el 18 de abril del año 2008, a las 6 horas, 34 minutos, 22 segundos y 3 décimas, y que ese instante fue el elegido para la humanidad del año 8544 para rastrear la completa estructura molecular de su cuerpo a fin de "reproducirlo" en su época. Como un átomo es igual a otro, no hay diferencia entre la reproducción y el original perdido. Su caso es uno más entre los ciento cincuenta mil millones de seres humanos que van a ser "recuperados" del pasado.
El señor Abel no tiene descendientes que lo acojan en el mundo futuro, aunque el sí llega a acoger a su madre (el proceso va "hacia atrás" en el tiempo).
El señor Abel, nada añorante de su propia época, se incorpora fácilmente al mundo de los "ángeles" del siglo LXXXVI. Les ayuda en el tema de hacerse cargo de los refugiados. Sobre todo, los que vienen de las "épocas oscuras" del pasado necesitan mayor atención. Todo esto tiene lugar en un satélite de Júpiter, roca helada que se ha habilitado como "campamento de refugiados", debido a la lógica falta de espacio en la Tierra.
En la novela pueden caber todo tipo de historias acerca de las vicisitudes de los refugiados (un poco como la novela "Juicio universal" de Giovanni Pappini).
Una vez acabada la faena, que habrá tardado un siglo aproximadamente, queda por ver lo que van a hacer los "ángeles" del 8000 y pico. La resurrección de los humanos perdidos era su última gran tarea altruista y, además, se enfrentan al grave problema de que, tras vivir cinco mil años, sus propias mentas están sobrecargadas de información, pese a que están utilizando supercomputadores como memoria supletoria. Eso sin contar al "Dios" que han construido: computador omnisciente todopoderoso y mentalmente inalcanzable por ellas, pese a su inteligencia.
Su plan final ahora es resucitar a todos los seres vivos sin excepción, incluyendo cucarachas, dinosaurios, virus y bacterias. Cuando lo tengan todo resucitado no tendrán mejor salida que, un poco a lo Arthur C. Clarke (también a lo Ian Watson), "fusionarse" con todo esto y con el Supercomputador Dios, ¡y que sea lo que Dios quiera!
El señor Abel rechaza la oferta, diciendo algo así que "no le hace ilusión convertirse en plancton cósmico". Con unos cuantos humanos más decide emprender un viaje espacial hasta la profundidad de la Galaxia, con la improbable esperanza de encontrar otras especies inteligentes menos intelectualmente angustiadas. En el viaje se embarcan algunos personajes más: un oligofrénico con un cerebro nuevamente desarrollado, algunos Neandertales y un par de personajes que debido a su popularidad en el periodo histórico, prefieren irse lejos del resto de la multitud (la mayoría quieren seguir haciendo sus antiguas vidas... mientras le sea intelectualmente posible). Los dos personajes son Hitler y Jesucristo, el primero ya no es tan malo, el segundo nunca fue tan bueno.
Llegan a un planeta donde parece que tal vez llegue a haber vida inteligente. Allí deja el señor Abel su testimonio y la nave espacial continua su viaje...
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