Recordarán, estimados lectores, que el otro día les hablaba de un concierto épico en Pedraza, Segovia. Hoy les voy a presentar dos piezas que no son ni mucho menos tan estruendosas, pero comparten con la Obertura 1812 el estar compuestas para instrumentos, digamos, poco usuales.
Seguro que hay muchas más obras para instrumentos peculiares, por no hablar de los inconmensurables Les Luthiers, pero estas dos me hacen gracia desde hace mucho tiempo…
El cuarteto para helicopteros y violines de Stockhausen es estremecedor