Quin, estoy del todo contigo. Yo me he leído la biblia de cabo a rabo cuando ya no me creía una palabra de religión. Y da culturilla. Por ejemplo, aprendes que, en puridad, el onanismo no es la masturbación sino el coitus interruptus. Aprendes por qué se dice de alguien que tiene más años que Matusalén, o más paciencia que el santo Job... Se aprenden cosillas.
Y lo que más gustirrinín me da, machacas a los mormones y testigos de Jehová que vienen a tu casa. Siempre les invito a tomar café, mientras me van creciendo los colmillos. Empiezan a hablarme de que el mundo está fatal y que sólo Dios puede salvarnos, y les digo (en especial a los Testigos): "Por cierto, en el Apocalipsis dice que sólo serán 144.000 los elegidos, y que cuando el último de estos 144.000 llegue al cielo se acabará el mundo". La respuesta de los testigos, que creen en la Biblia literalmente (tal cual, ellos defienden que son 144.000 y ninguno más) siempre es la misma: "Caramba, no solemos encontrar gente que sepa tanto", lo cual sólo me pone cuesta abajo en mi emboscada mortal: "¿Y me explican ustedes cómo es posible que cuando hay y ha habido tantos millones de Testigos de Jehová todavía no hayan llegado 144.000 al cielo? Porque el mundo no se ha acabado. ¿
Son ustedes tan malas personas o es que su religión está mal? Pregunta de la que jamás ninguno de ellos ha salido. Ni ha sabido cómo intentarlo. Ni ha intentado intentarlo. Allí se acaban todas las reuniones, salen con el rabo entre las patas. Y yo apunto otra muesca en mi revólver.
El caso es que la Biblia contiene imposibles físicos (el Sol detenido en el cielo, las aguas del Mar Rojo...) y saltos de fe variados. Pero nuestra Historia está forjada en gran medida por este libro, así que creo que una lectura la merece. A trocitos selectos, aunque sea. Por parecidos motivos (y no digo que los libros se parezcan, ni comparo a la iglesia con el Nazismo, ni mucho menos), me leí "Mi lucha", de Hitler. Para saber cómo pensaba, no porque me fuera a entretener o divertir. También el libro rojo de Mao, cuando estudiaba a Marx en COU. Hay que leer para formar opinión.