Hombre... La relación virus-alucinación seguramente sería totalmente casual... al principio. Pero si produce las alucinaciones de forma consistente, y éstas llevan (también de forma consistente) al organismo alucinador a dar mordiscos (que favorecen la transmisión del virus), creo que podemos estar totalmente seguros de que ese efecto (provocar alucinaciones) va a quedar reforzado en las cepas del virus.
Y si su concentración en saliva es algo que pueda variar según la configuración genética del virus de forma significativa, ídem. Creo recordar que los afectados de rabia tienen fama de soltar espumarajos por la boca (¿mayor producción de saliva? eso probablemente conduciría a más cantidad -absoluta- de virus en la boca)
Así que: sí, probablemente podemos hablar de una adaptación. Ni siquiera se si es correcto hablar de estrategia, con las connotaciones de decisión consciente que tiene eso.
PD: IANAB
|