Bueno, como va a ser largo y hoy estoy un poco pa'llá, voy a dividir el ladrillo en dos partes.
Semi-ladrillo Parte 1: Inicios del polígrafo.
Un polígrafo, como su nombre indica, es una máquina que hace un gráfico de varias medidas corporales. No es un "detector de mentiras", ni una "máquina de la verdad", ni nada por estilo. Sólo mide las variables y las refleja en una gráfica. Ahora bien, si tenemos una persona conectada a la máquina y le presentamos una serie de estímulos, las variables fisiológicas variarán, y si esas variaciones son coherentes podemos extraer determinadas conclusiones acerca de cómo está evaluando la persona dichos estímulos.
Cuando se empezaron a estudiar las medidas fisiológicas en el ámbito forense, la teoría base venía a decir más o menos que el culpable de un delito se pondría nervioso ante la posibilidad de que lo pillasen, mientras que el inocente no lo estaría. Por lo tanto, aquel que, conectado al polígrafo, al escuchar preguntas referidas a un delito mostrase unos valores diferentes en la gráfica a los que tendría escuchando preguntas no relevantes, sería culpable.
Como en los juicios de Dios de los que hablábamos antes, esto tenía un grave fallo: para que funcionase, el culpable tenía que creer que la máquina detectaba las mentiras, y el inocente, que la máquina demostraba su inocencia. Si el culpable no sentía ningún tipo de nerviosismo o si el inocente se sentía muy turbado por las preguntas referidas a actos delictivos, las medidas se iban al traste. Por eso se "convencía" previamente a los sujetos que iban a pasar la prueba de que la máquina era infalible, para ponerlos en el estado de ánimo adecuado.
Funcionó durante un tiempo, y pasó a la cultura popular.
Pero luego se empezaron a estudiar las características del polígrafo con criterios científicos, y, claro está se descubrieron sus deficiencias metodológicas. Un inocente muy nervioso o con predisposición a sentirse acosado tendría unas reacciones más fuertes que un culpable. Un culpable con una línea base muy baja o que hiciese contramedidas tendría grandes posibilidades de pasar la prueba como inocente.
Así que se empezó a plantear cómo mejorar la técnica para que las posibilidades de error fueran menores, tanto falsos positivos (inocentes detectados como culpables) como falsos negativos (culpables tomados por inocentes). Y estas mejoras fueron en dos direcciones:
Por un lado, mejorar las máquinas para que las medidas fisiológicas tomadas fueran más precisas y más diversas, y, por otro, cambiar la manera de redactar y plantear las preguntas para que fueran más discriminativas. Actualmente tenemos polígrafos informatizados mucho más eficaces, con accesorios para controlar las posibles contramedidas, y se ha investigado en diferentes direcciones para obtener formatos de preguntas que den más información, que simplemente "relevantes" y "no relevantes".
Pero eso ya lo contaré mañana.
Fin del Semiladrillo 1.
Se abre el turno de preguntas.