[Libro] El arco iris de Feynman (2007-22)


Título: El arco iris de Feynman. La búsqueda de la belleza en la física y en la vida
Autor: Leonard Mlodinow
Tema: Biografía, divulgación científica
Editorial: Crítica
Páginas: 190
ISBN: 84-8432-513-X
Idioma: Español
Traductor: Javier García Sanz

Omalaled me recomendó este libro encarecidamente, por lo que no podía pasar mucho tiempo hasta que me hiciera con él. Y tenía razón, estimados lectores. Es un libro muy bueno. Gracias, Omalaled.

Leonard Mlodinow [LM] es un físico teórico que en su tesis doctoral propuso un enfoque completamente novedoso que permitía resolver muchos problemas conocidos de la física de una manera mucho más simple. A grandes rasgos, su modelo suponía que el Universo tenía infinitas dimensiones espaciales, lo cual permitía, de alguna retorcida manera, simplificar todos los cálculos de los problemas más famosos de la mecánica cuántica. Esta tesis le consiguió el acceso a los mejores puestos de investigación en física teórica, y el eligió el Caltech (California Institute of Technology), donde a la sazón se encontraban nada menos que Feynman y Gell-Man, dos de las mejores cabezas que se han dedicado a la física teórica. Su despacho era la puerta contigua del de Gell-Man, y al otro lado tenía a la secretaria del departamento, Helen Tuck, todo un carácter que daría para otro libro, y después a Feynman. Eso es tener un despacho bien situado.

LM cuenta en este libro su experiencia de aquellos años. El Caltech tenía una política bastante razonable en algunos de sus contratos: a Mlodinow le pagaban el sueldo para que hiciese lo que le diera la gana, literalmente. Podía dar clase si quería, o podía no darla. Podía dedicarse a la jardinería. Podía investigar en matemáticas, biología o geología. Básicamente le estaban pagando porque era un tío brillante y querían tenerlo en su plantilla, ya que hiciera lo que hiciese al Caltech le beneficiaría. Nostámal como política de contratación. Otros en la plantilla gozaban de este mismo privilegio. Sin embargo, a LM le aterraba que se fiasen tanto de él. Llegó al Caltech en pleno bajón creativo, y anduvo charlando con todos los que allí investigaban para ver si algo de lo que hacían le interesaba y podía ser útil.

Entre las personas con las que habló estaba, por supuesto, Feynman, quien da nombre al libro y tenía que salir por algún lado, ¿no? LM tuvo varias charlas con Feynman, acerca del proceso creativo en física, del amor por la ciencia, del significado de ser científico, de muchísimas cosas. LM se centra en la figura de este físico legendario. Feynman andaba por entonces en sus últimos años. La supervivencia a su raro tipo de cáncer de estómago era de un 10% a los 5 años, y él llevaba 4 años luchando cuando LM llegó al Caltech. Finalmente Feynman conseguiría retrasar lo inevitable seis años más. Pero en esos últimos años a Feynman le dio tiempo a hacer muchas otras cosas, entre ellas esclarecer el desastre del Challenger, del que hablaremos en otra ocasión, porque pocas veces ha habido una bofetada científica tan grande en directo por la televisión.

LM habla también de John Schwartz y los que con él trabajaban, contra viento y marea (es decir, contra la falta de interés y de financiación), en la teoría de cuerdas, de la que hablaremos en breve en CPI, palabrita, y de Murray Gell-Mann, a quien critica veladamente por el artículo que sobre Feynman escribió a la muerte de éste. Nadie niega que Gell-Mann era un genio, pero a todo el mundo parece caerle mejor Feynman.

LM habla de la distinción que hacía Feynman entre físicos «griegos» y «babilónicos»:

Feynman solía decir que había dos tipos de físicos, los babilónicos y los griegos. Se refería con ello a las filosofías contrapuestas de aquellas antiguas civilizaciones. Los babilónicos dieron los primeros pasos de la civilización occidental al comprender números y ecuaciones, y también en geometría. Pero fueron los griegos posteriores –en particular Tales, Pitágoras y Euclides– quienes han sido reconocidos como los inventores de las matemáticas. Ello se debe a que a los babilónicos sólo les preocupaba si un método de cálculo funcionaba o no –es decir, si describía adecuadamente una situación física real– y no si era exacto o si en ajaba en un esquema lógico mayor. Por el contrario, Tales y sus seguidores griegos inventaron la idea de teorema y demostración, y exigían que para que un enunciado se considerase verdadero tenía que ser una consecuencia lógica exacta de un sistema de axiomas o hipótesis explícitamente establecidos. Para ponerlo de forma sencilla, los babilónicos se centraban en los fenómenos y los griegos en el orden subyacente. […] Feynman se consideraba un babilónico.

El libro está muy bien, es humano, es entretenido y abre las puertas a muchos temas sobre los que pasa levemente, dándonos ganas de saber más. Está bien escrito y todos los temas son de interés. Es un libro corto que se lee muy rápidamente y nos deja con una sonrisa, pensando en ese gran tipo que fue Feynman, y en la inmensa suerte que debió de ser compartir pasillo con él.

Mi nota: Muy recomendable.

18 comentarios en «[Libro] El arco iris de Feynman (2007-22)»

  1. ¡Bueno, he aquí una nueva recomendación para añadir a la lista! Apuntado queda.

    ¿En qué consistía la rivalidad Gell-Man – Feynman? He estado buscando en Internet, pero apenas encuentro algo sobre las partículas subatómicas propuestas por Gell-Mann. Recientemente leí «El quark y el jaguar» de Gell-Mann y, ahora que lo pienso, no menciona (o no recuerdo yo que lo haga) a Feynman, pese a hablar en repetidas ocasiones de Caltech. Por otro lado, Feynman sí que ha ensalzado a Gell-Mann en alguno de los pasajes de su vida.

    ¿Caracteres muy distintos quizá? En cualquier caso ambos tienen en común el deseo de conocer todo lo que les rodea, desde física hasta psicología y lo han sabido transmitir muy bien. ¡Es una suerte para nosotros!

    Un saludo a todos.

  2. En muchos libros se habla de esta rivalidad. Por ejemplo, en la autobiografía de Feynman, ¿Está usted de Broma, Sr. Feynman?. Gell-Mann era, por decirlo suavemente, un carácter insufrible. Pronunciaba todas las palabras extranjeras con el acento original, casi indistinguible de un nativo (hablaba ~17 idiomas), corregía a todo el mundo siempre que podía, se iba de vacaciones a Méjico y volvía hablando alto Maya (no confundir, con bajo Maya, joven)… Gell-Mann propuso la teoría de los Quarks, y Feynman había llegado a algo similar por otra parte, pero no los llamó quarks porque decía, con razón, que de momento no había evidencia de que ambos posibles constituyentes del protón fueran la misma cosa. Feynman llamó a sus componentes del núcleo «partones». A Gell-Mann esto le sentó fatal, que Feynman no apoyase su teoría sin reservas. En la necrológica que publicó Gell-Mann sobre Feynman lo criticó, diciendo entre otras cosas que tenía demasiado ego, con el cuerpo de Feynman aún caliente. Pocos se lo perdonaron.

  3. Me alegro que te haya gustado 🙂

    A mí me gustaron particularmente unos párrafos donde dice que abandona las cuerdas y se dedica a la óptica cuántica y reflexiona algo así como (lo digo de memoria)

    (…) y me dedicaría a escrbir cosas de las que Feynman estaría orgulloso. Pero más importante: cosas de las que yo me sintiera orgulloso (…)

    En el fondo, Mlodinow da un fuerte giro a su personalidad y valores a través de las charlas con Feynman. Al principio pide opinión a todo el mundo. No sabe dónde pisa. Al fin, cuando lo sabe, se da cuenta que en muchas cosas los demás lo desprecian, pero no le importa. ¿Coincidimos?

    A mí esa parte, me encantó.

    Salud!

  4. EL ELECTRÓN ES ZURDO Y OTROS ENSAYOS CIENTÍFICOS
    Física y química fundamentalmente, aunque también algo de matemáticas (revelador el penúltimo capítulo).

    Tengo que buscar más de divulgación científica del buen doctor, desde que leí EL UNIVERSO años ha (magnífico por cierto) no había vuelto a leer nada suyo que no fuera ficción, y consigue hacer inteligibles las ciencias para profanos como yo. Un gran divulgador no cabe duda.

  5. PECE: El electrón es zurdo (y otros ensayos científicos) me encantó. Asimov tiene bastantes libros de divulgación, todos ellos muy recomendables (vienen ahora a mi mente «Los lagartos terribles», «La tragedia de la luna», «El monstruo subatómico», «La mente errabunda», «El principio y el fin», «El secreto del universo»…).

  6. Remo dice:
    5 de agosto de 2007 a las 5:21 am
    PECE: El electrón es zurdo (y otros ensayos científicos) me encantó. Asimov tiene bastantes libros de divulgación, todos ellos muy recomendables (vienen ahora a mi mente “Los lagartos terribles”, “La tragedia de la luna”, “El monstruo subatómico”, “La mente errabunda”, “El principio y el fin”, “El secreto del universo”…).

    Gracias Remo, más para la lista de futuribles.

  7. ¡ Gracias Omalaled y Remo ! 🙂
    Estoy de acuerdo con Delirium, lo apunto a la lista.

    Nadie niega que Gell-Mann era un genio, pero a todo el mundo parece caerle mejor Feynmann… la verdad yo lo conocí a través de B. Bryson en su libro «Una breve historia de casi todo» y de la forma que habla Bryson de Feynmann pués sí a mí también me cae bien!! Y tengo ganas de leer este libro para saber un poco más sobre ese físico, que no soy nada de Ciencias, pero quiero satisfacer mi curiosidad.

    ¿A nuestra época, los físicos siguen con la idea de ser más «Griegos» o «Babilónicos»?
    Un saludo 🙂

  8. El libro está interesante, el contenido me gustó bastante. Pero en determinados momentos me da un poco de vergüenza ajena LM. ¿No os parece que es el típico pesado que se arrima al sol que más calienta?

    Creo recordar una parte en la que Feynmann está en el sofá tumbado, hecho polvo por el cáncer y LM se cuela para preguntarle qué le parece su nueva idea. Vamos que la secretaria le tiene que echar y todo…

    Un Saludo

  9. VIc: En efecto, una vez Feynman no se sentía bien y la secretaria tenía órdenes de no dejar pasar a nadie. LM se «coló» en el despacho de Feynman, pero en realidad era para charlar con él. Vio que no estaba el horno para bollos y buscó algún tema que pudiera interesar a Feynman, para no quedar mal intentando visitarle sin permiso. Dijo «Tengo una pregunta de óptica cuántica, pero si quiere lo dejamos para otro día» y se fue. Justo cuando cerraba la puerta Feynman lo llamó «¡Espera! Cuéntame». La simple mención de la óptica cuántica pareció infundir fuerzas a Feynman, que durante un rato estuvo dando vueltas al problema planteado, hasta que en unos pocos minutos llegó a las conclusiones que a LM le había llevado días alcanzar. «Lo tienes bien, LM. Hay un error en la teoría oficial y no en la tuya. A por ello». Y así fue. LM cuenta este episodio para mayor gloria de Feynman, y a fe mía que lo consigue.

  10. pues yo, aunque de letras, he leído algunos libros de I. Asimov, los de Historia, el último «La Tierra de Canaán», bien pero quizás demasiado denso, es un autor de lo más prolífico, siempre desconfío de los autores que parecen saber de todo, el Renacimiento acabó y es imposible que una sola persona abarque hoy en día todo el conocimiento humano.
    Saludos

  11. Aunque ahora tengo poco tiempo para leer este sí que sí que me lo apunto para cuando acabe el actual. Me leí «está usted de broma Sr. Feynman» y me gustó saber de estos grandes genios.

    PD: has dado tu palabrita de hablarnos sobre teoría de cuerdas… Yo sólo lo recuerdo para que veas que lo tenemos apuntado… 😈 😉

  12. Bueno, pues habrá que ver qué es lo que tiene el señor Leonard Mlodinow que contarnos acerca de Gell-Mann, Feynman, y de él mismo. De momento la introducción que nos ha hecho Remo es la mar de sugerente…

Los comentarios están cerrados.