[Libro] Braille para sordos (2006-30-R)

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Título: Braille para sordos
Autor: José María Mijangos
Tema: Narrativa
Editorial: Martínez Roca
Páginas: 305
ISBN: 84-270-3232-3
Idioma: Castellano

Diego, mi hermano, se compró y me prestó esta novela por su contraportada. En ella se mencionaba nada menos que a Silver Kane, el amo de todas las novelitas del oeste. El mejor. También se mencionaba al cursi de Marcial Lafuente Estefanía, pero eso era casi un punto en contra. En la primera página se mencionaba además a Lou Carrigan. La compra era obligada.

Mi historia lectora está marcada por varias etapas muy distintas. Soy aficionado (adicto) a la lectura casi desde que tengo memoria. A los cinco años mi madre me llevaba de compras a los almacenes Liverpool (el equivalente al Corte Inglés pero en México), me depositaba en la sección de libros y volvía un rato más tarde. Yo había tenido tiempo suficiente para hojear unos cuantos y siempre me dejaba elegir uno, como premio por no haber roto nada (yo era bastante trasto en aquella época). A los ocho años descubrí simultáneamente a los Hollister y a los tres investigadores de Alfred Hitchcock, cuyas colecciones devoré. «Los cinco» y «los siete secretos» me parecían burdos intentos de imitar a los Hollister (más o menos como el interminable debate Colacao-Nesquick). Después siguieron Salgari, Julio Verne, Robert Louis Stevenson, los grandes escritores de las llamadas novelas juveniles.

Y a los trece descubrí por casualidad una novelita del oeste de Silver Kane. Editorial Bruguera. Se vendían en los quioscos, a 90 pesetas, todos los viernes. Solían tener ciento y pocas páginas, en formato cuarto de folio, y se leían en cincuenta minutos. Quedé absolutamente enganchado. Durante varios años, los viernes por la tarde tenía una cita inquebrantable con mi quiosquero, que siempre me reservaba las novelitas. Además de Silver Kane me aficioné a Lou Carrigan (fondo rojo), a Clark Carrados (fondo rojo), a Keith Luger (fondo naranja), a Joseph Berna (fondo azul celeste, era el que escribía las novelitas del oeste un poco más picantes), siempre junto al indiscutible Silver Kane. Las novelitas eran siempre iguales. Protagonista de veintimuchos, pasado turbulento, pueblo de Tejas, Arizona o Nevada, chica guapa y disponible, malos malosos aterrorizando a la población, enfrentamiento inevitable… Vamos, como los capítulos del equipo A. Había más colecciones: de terror, del Espacio… Pero a mí sólo me engancharon las del oeste (los mismos autores escribían todas ellas). Llegué a almacenar más de 700 novelitas al cabo de tres o cuatro años. Las perdí en una mudanza, y me dolió muchísimo. Mis padres se preocupaban por mi voracidad lectora de material de baja calidad, pero mi tía y madrina les decía «esto no es más que un trampolín. Un día se dará cuenta de que necesita leer algo más». Qué razón tenía.

Con el tiempo, me enteré de que Silver Kane era en realidad Francisco González Ledesma, Clark Carrados era Luis García Lecha, Lou Carrigan era Antonio Vera Ramírez, Keith Luger era Miguel Olivero Tovar y Joseph Berna era José Luis Bernabéu. Nótese la americanización directa del nombre de este último. Durante años estos escritores de «pulp fiction» hispana produjeron varias novelitas a la semana, sobre los más variados temas. Fue una época fabulosa. Con el tiempo descubrí a otros autores, que me llevaron lejos de mis novelitas del oeste, allá por los primeros 90. Pero muchos momentos de mi adolescencia están ligados a una novelita. Los guardo con cariño.

Volviendo al libro que nos ocupa, narra la historia de Edelmiro Esteban, que con el seudónimo de Edel Stephen publica novelitas y seriales por entregas para periódicos y radios durante los años de la dictadura. La historia de Edel Stephen está dentro de la historia del narrador, quien, al igual que el autor de la novela, José María Mijangos [JM], ha trabajado en todos los empleos posibles relacionados con el libro (en todos los empleos mal pagados).

La novela relata las vivencias en el Madrid más bajuno y aperreado, de los apuros para llegar a fin de mes, de las condiciones inhumanas de los escritores por encargo. Es un esperpento moderno. Por las páginas desfilan personajes variopintos y estereotipados, desde la portera maledicente al emprersario corrupto y afecto al régimen, sin orden ni concierto. Las dos historias, la de Edel y la del narrador, se precipitan desde lo malo a lo peor en una espiral sin fondo.

El libro está bien escrito, destila desprecio por muchas cosas, pero tiene arte. A mí me entretuvo y me gustó, además de por la pasión compartida con el autor por las novelitas, por la fuerza de la narración.

Mi nota: Interesante.

8 comentarios en «[Libro] Braille para sordos (2006-30-R)»

  1. Anécdota: Silver Kane fue un editor de libros asturiano cuyo nombre real era Silverio Cañada. La elección del alias para las novelitas del oeste siempre me pareció un prodigio de coña marinera.

  2. Pues si te gustan las novelas de a duro deberías leerte el sentido homenaje que les hace Andrés Trapiello en Los amigos del crimen perfecto, una novela policíaca protagonizada por un escritor de novelas pulp policíacas. Muy entretenida, socarrona y con sabor añejo además.

  3. Yo creo que las pillé alrededor de los 10 años. Me aficioné a las de ciencia ficcion y las de terror, y en menor medida de las policiacas. Las del oeste nunca me tocaron. De las del espacio mis prefes eran Curtis Garland y Glenn Parrish. Sobre todo C.Garland, se trabajaba las novelitas; Glenn Parrish era más ‘romántico’. A Clark Carrados, y a Lou Carrigan(?) los recuerdo de alguna de terror. A Silver Kane y Joseph Berna de las policiacas o de espías.

    Pero sea como sea, reconozco las claves que citas. Hicieron una buena labor los de Bruguera

  4. ¡¡ Los Hollister y Los tres investigadores de Alfred Hitchcock !! Yo también empecé en la lectura así, y también pasé a leer las novelas completas de Julio Verne (bueno, un buen puñado de ellas). Cuando he leido esto sentía como si estuvieran contando mi infancia, Remo.

    PD: Por cierto, que en vuestro buzón de gmail teneis un mail mío sobre anchuras que me gustaría que comentarais y aclararais.

  5. Vaya, esta entrada me encanta… igual que esas novelitas de las que atesoro cientos. Conocía algunos nombres originales pero no todos, gracias por el detalle.

    Silver Kane asturiano! qué cosas. 😀

  6. Pingback: corsaria

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