Desesperación

Hace 22 días que me di de alta en el servicio ADSL de Ya.com para poner Internet en mi nueva casa. Al atenderte, los de Ya.com son estupendos; el mismo día de tu llamada te mandan un correo electrónico con tu contrato, dos días después de la llamada recibes un mensaje SMS diciendo que tu router ya está en camino y luego… el desastre. Resulta que Ya.com tiene contratado a Seur para que le reparta los routers. Y Seur es el paradigma del desastre. Tres veces han venido a casa a media mañana cuando les dejé bien claro que sólo había gente en casa por la tarde. No aceptan dejármelo en otro domicilio. No aceptan llamarme al móvil para decirme cuándo planean venir y así yo hacerme los planes para estar en casa a esa hora. No aceptan nada, tiene un sistema de reparto hipercuadriculado y diseñado para gente que no trabaja por la mañana, pues el 80% de sus entregas son antes de las 3 de la tarde. El primer día que llegaron fuera de hora (12:30 de la mañana), me dejaron un maldito papel en el buzón. Les llamé y les dije que no había problema, que me dieran la dirección de la oficina más cercana a mi casa para ir yo a recogerla (vivo en un «pueblo» de 40.000 habitantes, a 40 km de Madrid, y los pueblos cercanos tienen más de 50.000 todos). Pues en mi pueblo no había oficina de Seur. Ni en el de al lado. Ni en el otro. La oficina de Seur más cercana a mi casa está a casi 50 km. No quiero hacerme 100 km tras el trabajo por un maldito router. Y en esas estamos. Ya.com te regala la cuota de alta si tardas más de un mes en engancharte a Internet. Y a este paso Seur les va a hacer flacos favores. Les he dado mañana como ultimátum. Si no, me iré a otra empresa, a pesar de que con Ya.com esaba contento en mi antigua casa. Y es que no se puede delegar en incompetentes.

(Actualización – 6 de julio): Como no podía ser de otra forma, la ley de Murphy se ha abatido sobre mi vida y el mismo día que puse la queja, ha llegado el router. De todos modos, 22 días para conseguir que te traigan el maldito aparatito me parece un exceso. El caso es que ya estoy enchufado a 2 Mb/s y dispuesto a lo que venga. ¡Viva Intenné!